miércoles, 9 de julio de 2014

CASARES CON EL PUEBLO PALESTINO

En estos días presenciamos, nuevamente, otro genocidio de Israel hacia el
Pueblo Palestino. Por ahora, la cifra son de 40 palestinos muertos (al menos 9 de ellos menores) y 350 heridos desde el inicio de lo que se ha venido a denominar “Operación Margen Protector” sobre Gaza. Resulta como mínimo curioso la información que nos llegan desde los medios de comunicación cuando ningún rotativo de este país ha trasladado a corresponsales a la zona de conflicto. La pregunta que deberíamos hacernos, al margen de los titulares mediáticos, es el por qué de estos bombardeos. ¿Cuál es el origen? ¿A qué viene este empeño de Israel? En apariencia, el conficto palestino – israelí podría parecer otro conflicto étnico más, en el que deos pueblos se disputan un mismo territorio. También podría parecer un conflicto religioso en el que los seguidores de dos religiones contrapuestas luchan por controlar lugares sagrados que ambas tienen en común, ya que tanto hebreos como musulmanes afirman que Yahvé como Alá les prometieron la tierra prometida llamada Canaan (Palestina). El conflicto palestino – israelí también podría parecer un conflicto por controlar una zona geoestratégica clave en Oriente Próximo y rica en recursos naturales.

Sin perjuicio de la veracidad de cada una de las interpretaciones antedichas, la forma más apropiada de resumir el conflicto sería definirlo como un sistema de apartheid, en el que una comunidad occidentalizada con mayores recursos económicos, técnicos y militares, mantiene políticas de segregación sobre otra comunidad étnicamente distinguible que es además la población autóctona del territorio en cuestión. ¿En qué se fundamenta Israel? Se legitiman para realizar tales prácticas en la propia persecución del pueblo judío que necesitan un “hogar”. Un hogar, una solución al “problema judío” tras la II Guerra Mundial a costa de afectar las relaciones del mundo árabe con Occidente. Desde el sionismo, visión hegemónica en los diferentes gobiernos de Israel, el judío es víctima en un lugar donde, para ellos, deben sobrevivir en un mundo antisemita, y qué mejor que conquistar la Tierra Prometida que su dios le regaló en sus relatos míticos.

Esto es posible gracias a los 3.000 millones de dólares de ayuda militar estadounidense que Israel recibe anualmente. España, en la etapa de Rodríguez Zapatero vendió armas a Israel por valor de 472.545 millones euros en 2011, y desde 2012, el gobierno de Rajoy por valor 637.842 millones de euros. Es decir, el actual gobierno está haciendo negocio a costa de la sangre derramada de seres humanos. Al parecer el negocio de unos pocos es más importante que el derecho a la vida. Un derecho a la vida al que apelan cuando se trata de hacer intromisión en la soberanía de la mujer a la hora de un embarazo. Esta es la doble moral de quiénes no tienen más patria que su dinero. En el momento que se prioriza la venta de armas por la solidaridad, no se puede llamar de otro modo más que gobernantes mercenarios. ¿Os dimos nosotros, el Pueblo, permiso para vender armas a Israel para este propósito? No. Pues entonces no lo llaméis Democracia.

Desde IU Casares mostramos nuestra solidaridad internacional con el Pueblo Palestino y exigimos al gobierno de Rajoy (porque, mal que nos pese, nos representa a todos) que antes que recortar en derechos y servicios sociales, recortar en gasto militar y en armamento. Gastos superflúos del que un gobierno decente debería prescindir. Al mismo tiempo exigir en los organismo internacionales el cumplimiento de las distintas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre este conflicto, así como la suspensión de las relaciones diplomáticas con tal país mientras continúe el genocidio.


Malditas sean las guerras y los canallas que las apoyan.

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