Durante las últimas décadas hemos asistido a la generalización en nuestro país de políticas neoliberales llevadas a cabo por el PP y el PSOE cediéndole al capital una de las principales tareas del estado como es la regulación de la economía y por ende del dinero. El capital se ha autorregulado a su antojo dando lugar a una burbuja económica basada en la especulación donde el capital ficticio, el financiero superaba con creces al capital productivo.
Cuando esta situación insostenible cae, el capital ha desafiado a los estados para imponer su salida con más políticas recesivas, así:
· Han subido los impuestos indirectos (los que pagamos todos por igual), sin tocar los impuestos directos que gravan según tienes. Han permitido que nos suban los recibos de las grandes empresas de luz, agua, telefonía, trasportes… (todas ellas empresas que han privatizado).
· Han congelado las pensiones y pretenden retrasar la edad de jubilación a los 67 años. Reducen la cuantía de nuestra futura pensión metiendo más años de cotizaciones antiguas y más bajas en el cálculo.
· Recortan los servicios públicos: no se contratan más profesores, ni médicos en un sistema público deficitario.
· Rebajan un 5 % el sueldo de los trabajadores públicos, rebaja que no va destinada a generar mayor empleo o invertir en obras públicas sino que irá dedicado a pagar deuda pública por lo que el único beneficiado serán los bancos.
Ahora, con más de 4 millones de parados y paradas, con centenares de miles de pequeñas empresas y autónomos que han tenido que echar el cierre; el gobierno pone en manos del capital otra de las bases del estado como es la de regular el mercado laboral. El gobierno cede y nos quiere imponer una reforma laboral con una única intención: que las empresas sigan acumulando riquezas a costa de recortar derechos de los trabajadores.
Bajo el pretexto de crear más empleo y reducir el paro, quieren recortar derechos fundamentales como abaratar la indemnización por despido; que el estado pague parte de esas indemnizaciones; reducen la capacidad de negociar de los sindicatos y comités de empresa; anulan la eficacia de los convenios colectivos (dándole poder a los empresarios para descolgarse de los convenios generales)…
Para el Partido Comunista e Izquierda Unida es muy importante que los trabajadores y trabajadoras de nuestro país acudamos en masa a la huelga general, porque la historia nos ha demostrado que sólo con la lucha, la clase trabajadora puede parar los ataques que está sufriendo.
Por ello vemos necesario que los trabajadores y trabajadoras le digamos al gobierno ¡BASTA¡, que no nos siga mintiendo ya que recortando derechos laborales y abaratando el despido lo único que se va a originar es más paro, más precariedad, mayor temporalidad, mayor inseguridad en el empleo…
Es necesario un giro hacia la izquierda en las políticas del gobierno, un impulso hacia un nuevo sistema productivo, basado en la intervención democrática de la economía que acabe con la especulación y defienda el pleno empleo estable y de calidad.
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